Ciudadanía
Las personas que nacen en los Estados Unidos son automáticamente reconocidas como ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, aquellos nacidos en otros países tienen dos vías para obtener la ciudadanía estadounidense: a través del nacimiento mediante padres ciudadanos estadounidenses o por medio de la naturalización.
Ser ciudadano conlleva varios beneficios, como la capacidad de viajar y permanecer en el extranjero por períodos prolongados sin arriesgar el estatus. A diferencia de los residentes permanentes, quienes no pueden ausentarse de los Estados Unidos por más de 180 días sin poner en peligro su residencia, los ciudadanos no enfrentan esta restricción.
La ciudadanía otorga el derecho de participación activa en el gobierno y el sistema judicial, a diferencia del estado de residencia permanente. Los ciudadanos también son elegibles para recibir todos los beneficios y oportunidades de empleo federales sin las restricciones que podrían enfrentar los residentes permanentes.
Además, como ciudadano, se tiene la capacidad de presentar solicitudes para la inclusión de más miembros de la familia, como hijos adultos casados, padres y hermanos, ampliando así las posibilidades de reunificación familiar.